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Cap.14 - Tranquilo, en la segunda parte todo esto tiene relación

Capítulo 14 En la segunda parte todo tiene relación Snoopy, el célebre novelista fracasado que escribía sobre el tejado de su casa, al ver como su novela era un cúmulo de escenas deslabazadas sin aparente hilazón entre sí, se dirigió a sus espectadores diciendo: -"Tranquilos, en la segunda parte todo esto tiene relación." Así que, si ni a un perro se le niega el beneficio de la duda, no me lo niegues a mí y sigue leyendo porque como verás ahora comienza esa segunda parte de mi historia en la que todo va encajando como un cubo de rubik en manos de un chino friki. Ten en cuenta que yo, como Snoopy, no soy un novelista profesional, sino alguien que ha visto cosas que no creerías, que ha pasado por experiencias complicadas y que está intentando hacerte ver que no está loco para que le prestes la ayuda que tiene que pedirte. ¡Y que he salvado el mundo, coño, qué todo hay que decirlo! Y por lo tanto me merezco un poco de comprensión si de vez en cuando se me va la ol

Cap.0: Introducción, Járrison o la fuerza del caos

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The Járrison Road Movie           Querido amigo tengo que pedirte un favor muy importante. Pero antes quiero que leas estos cuadernos donde se explican los motivos por los que te voy a pedir ese favor. En ellos te cuento extraordinaria historia de lo que me ha ocurrido en los últimos años y que me ha llevado a tomar la decisión que tomado. Perdona si al contarte esta historia de vez en cuando se me va la olla pero las cosas que me han pasado me han trastocado un poco las neuronas y con facilidad pierdo el hilo de lo que estoy hablando y me voy por los cerros de Úbeda. Tú y yo nos conocemos desde niños hemos fumado praderas juntos, hemos compartido mujeres, fracasos, guerras... No tengo a nadie más en quien confiar que en ti. Sé que lo que te voy a pedir es un marrón, pero cuando termines de leer estos cuadernos juzgarás por ti mismo si tengo o no tengo razones para hacer lo que voy a hacer y para lo que te pido la ayuda que espero de ti como el gran amigo mío que eres. Tu

Cap.01: De como conocí al muy sabio profesor Sabor Lindsakar.

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Cap 1: De cómo conocí al muy sabio profesor Sabor Lindsakar. Todo la movida empezó un día en el mesón de las Cuevas del Murciélago de Chinchón. Había ido allí a comer con un coleguilla de la mili al que me había encontrado por la mañana en la calle Bravo Murillo. El tío, al que en el campo de concentración de Cerro Muriano se le conocía por “el Orejas”, fue el que me puso el mote de Járrison al verme un día haciendo con el cetme las posturitas de los hombres de Harrelson delante del espejo del baño. Enseguida nos pusimos a rajar recordando las típicas viejas historias de cenutrios sargentos chusqueros y pobres reclutas pringaos víctimas de novatadas y esas cosas, mientras su buga entorpecía el tráfico como está mandao, parado en doble fila delante de saneamientos Cervera. Yo tenía que ir a intentar cobrar una factura a un ferretero moroso de Ciempozuelos. Trabajillos extra que de cuando en cuando me pasaba un amiguete que curraba para los del Cobrador del Frac y con los

Cap.02: Tribulaciones ante un cheque en blanco

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Capítulo 2: Tribulaciones ante un cheque en blanco        Pasados unos días sin tener noticias del profesor Lindsakar, y pensando que seguramente habría perdido el cacho de servilleta arrugada con mis datos, decidí llamarle porque no quería dejar pasar la oportunidad de sacar algo de pasta, ya que nunca ando precisamente sobrado de ella. Así que, como mi teléfono tenía restringidas las llamadas salientes por aquello de las facturas pendientes de pago, armado con el Magiclic bajé a llamarle desde la cabina que hay frente a mi casa. El Magiclic es un maravilloso invento que, además de para encender el fuego de la cocina, sirve para llamar desde las cabinas telefónicas por el morro. Si arrancas el cabezal y aplicas sus cablecillos pelados al cuerpo metálico del aparato y te lías a dar clics, el infeliz teléfono se cree que le has echado monedillas y te permite llamar. Pero eso sí, tiene que ser una cabina de un modelo anterior al Pleistoceno porque a las modernas les h

Cap.03: De cómo conseguí el sumario y la historia del Chepas

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Capítulo 3: De cómo conseguí el sumario  y la historia del Chepas El Chepas       Al llegar a casa me planté delante de la tele dispuesto a darme un chapuzón de lo que fuera que me echaran a la cara. A mi ver la tele me ayuda a pensar, ya ves, al contrario de lo que suele decirse, que embrutece y tal, a mi me pone en marcha las neuronas adormecidas. Será cosa de los rayos gammas, digo yo. Pusieron un peli de investigaciones criminales y esas cosas y me dio un subidón. Me sentí más detective que nunca. ¡Que coño! ¡Si me habían contratado para investigar un hecho altamente misterioso y todo! Claro que pagarme no me habían pagado, porque treinta y cinco euros no puede decirse que sea un pago adecuado a un detective de mi categoría. Pero dada mi proverbial inclinación al optimismo abrigaba la esperanza de cobrar más adelante una minuta en condiciones. Aquella noche tampoco dormí apenas. Metido en el sobre dábale vueltas al asunto de ser detective americano e investig